Adaptación

Minúscula, progresiva y como en grageas; con amagos y en cada rincón de cada taller, la vida cotidiana intenta su paso.

Así lo hace Oberá, así lo hace Salta, así lo hace Mar del Plata, así lo hace cada pueblo de esta castigada Argentina. Lo conocido resiste en ventas casuales, seguras, pero necesarias…el gesto prosaico de recomponer la rutina.

Con barbijos, apenas un destello en nuestros rostros, nos recuerda un no tan novedoso estado de excepción, y tapa la mueca feliz de la sonrisa esperanzadora del nuevo futuro. Y hasta podemos adivinar la fila de cascos a la espera del proceso de renovación, que continúa y antecede, la carga del autoclave.

La danza oculta de las cosas, una vez más, se alía con la mirada. Y resiste, tanto como la vida diaria, al agobiante devenir de la peste.